martes, 11 de agosto de 2020

Tríptico del naturalismo absoluto



REDACCIÓN NEBLINA - El gran encanto del cine hecho por Joe Swanberg (Swanberry Productions) es que sea un cine de periferia. Tal vez no todo el tiempo periferia física pero casi siempre periferia emocional, periferia interior. 

Swanberry siempre se ha movido entre los límites de lo under sin llegar a ser marginal. En Hannah Take de Stairs y Uncle Tom, Swanberg proponía unos personajes simples, poco complejos y por tanto no tan escindidos ni tan contraculturales. Por el contrario eran unos personajes que querían pertenecer perteneciendo. Personajes muy arraigados en el sistema que los alberga en su centro mismo y los va arraigando cada vez más en lo establecido. Sin embargo, ellos mismos no dejan de ser unos exiliados de ellos mismos, de agentes que no pueden encajar siendo piezas perfectas del rompecabezas. 

Ahora, en este tríptico de películas que se pueden descargar de internet, vía Torrent (lastimosamente ninguna de las películas de Swanberg circulan con subtítulos al español, a excepción de sus encargos hechos para Hollywood y para Netflix), Joe propone una periferia real, física, una periferia tanto de recursos cinematográficos tanto como de geografías espaciales. 

En TODA LA LUZ DEL CIELO – la más entrañable de las tres cintas – asistimos a la vida de una mujer entrada en sus 40, que vive al pie del mar en un suburbio semi agreste. Es la típica película de personajes, sin mucha historia. Sólo las cotidianidades de esta mujer y las personas que pueblan sus días. Aquí, es la mujer básicamente enfrentada a los bordes del cuadro (Decía Kosta Gavras que toda la psicología de un personaje debía estar soportada por su relación con el encuadre. Todo el lenguaje que en teatro se puede expresar con acciones, en cine se puede y se debe expresar con la ubicación del sujeto en su espacio dimensional). 

En ALL THE LIGHT IN THE SKY, vemos a esta mujer enfrentada a la inmensidad de un paisaje determinado por el mar. En las noches, su gran compañero de cuarto es un Mac con la voz de Marshall McLujan arrullándola. Por las mañanas, un vecino que es su amigo, esperándola en la playa para ir a surfear  (ese viejo sueño hippie, tan de moda ahora, de terminar los últimos días viviendo al lado de dos o tres amigos muy queridos, muy buenos vecinos). Al mediodía otro amigo que le da clases de ingeniería. A veces una hermana a la que hay que hacerle la visita. Otras veces, una sobrina que viene a pasar unos días. Un amante allí y otro amante allá. En todo caso un mundo narrativo. Todo un universo afectivo construido por ella misma que a los ojps de mucha gente podría ser no necesariamente un universo afectivo, sobre todo en la escena donde las visitas se van y ella cierra la puerta detrás de ellas. Besos, abrazos, recomendaciones, deseos de muchos hasta prontos. Luego ella va hasta la cocina y mira los platos sin lavar. Observa a su alrededor y algo que parece ser una inmensa soledad la invade. Se fueron todos, nada nos deja más en soledad que la alegría si se va, dice Fito. Pero bueno, es su vida. La vida de una actriz que acaba de despachar a su sobrina también actriz y a sus amigos los chirretes, tan majos ellos.

 Tanta simpleza. Tanta soledad complejamente conquistada. Al final ese Plano General Largo, casi panorámica, de ella navegando en su tabla de surfing en la inmensidad de un océano totalmente en calma, sin olas, sin corrientes marinas que la lleven a ninguna parte. O sea: al final, esa gran toma de un montón de luz en el cielo, el mar y ella pequeñita en un rincón del cuadro, remando hacia el horizonte. La periferia se materializa una vez más según los postulados kostagavrianos, en el lenguaje del fotograma. Y es que lo que más se le valora a Swanberg es que no quiera perder esa esencia del aficionado con muy buenas ideas grabando con una cámara de video, experimentando con el encuadre, proponiendo sus preocupaciones constantes por la foto, por el look de la cinematografía. 

Swanberg fue y volvió. No usó la cámara sucia como plataforma de lanzamiento para llamar la atención y ser aceptado por el establecimiento como sí le pasó a su colega del Mumble Core, Greta Erwig (no estoy interesada en la impro a ningún nivel, dice Greta después de ser nominada al Oscar como directora de su opera prima, Lady Bird). 

Joe Swanberg, por el contrario, después de la sistemática Drinking Buddies, vuelve con este tríptico diciendo, a mí sí me interesa la impro´, a todos los niveles, y he aquí esta gran película de tres piezas la cuales suman 7 horas en total, a manera de tiempo narrativo. 

Las otras dos piezas que completan a ALL THE LIGHT, son SILVER AND BULLETS y THE ZONE, tal vez cierta suerte de desglose de la primera, pero un poco más complejas, más poéticas si se quiere,  y donde estos apasionados al cine y a la improvisación dramatúrgica, se interpretan a sí mismos. Actores y cineastas anónimos haciendo de actores y de cineastas. Actuémonos a nosotros mismos, parecen decir. Un dispositivo que usa Swanberg, tal vez, para comentar en la ficción lo que todavía no le han preguntado sobre su cine, en cientos de entrevistas, en lo real.  

Bravo por este hermano cósmico llamado Swanberg, que pone la cámara exactamente donde a muy pocos nos gustaría ponerla, pero la ponemos igual.  – RN - 



miércoles, 29 de agosto de 2018

8 AÑOS DE RADIO NEBLINA

martes, 4 de julio de 2017

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Tríptico del naturalismo absoluto

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